La Barrica de la Oca

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lunes, 28 de julio de 2008

La Villa de Hoyos

En Hoyos podemos descubrir antiguos asentamientos romanos, árabes... pero lo que mas se reconoce es la etapa de la Reconquista, cuando el territorio de Hoyos sería incorporado al Reino de León. A comienzos del XIX la localidad sufrió las consecuencias de la Guerra de Independencia, al ser el Puerto de Perales paso obligatorio de las tropas francesas. El anciano Obispo de Coria don Juan Álvarez de Castro, que recomendaba mediante la publicación de sus pastorales la unión del pueblo y la sumisión a las Juntas, fue perseguido por los invasores hasta asesinarlo el 29 de agosto de 1809 en su casa en Hoyos.
Desde el año 1840 fue la Villa de Hoyos cabeza del amplio partido judicial que llegó a comprender dieciocho entidades de población. Debido a que Hoyos fue lugar elegido por cierta nobleza y por los obispos de Coria como lugar de residencia veraniega, el casco histórico presenta un importante interés artístico. Recomendamos al viajero un recorrido por sus antiguas calles que exhalan la prestancia propia de los pueblos que han vivido intensamente la historia. En este recorrido, a cada momento, encontramos la sorpresa de un bello rincón: un escudo que timbra un alto portalón de medio punto, una sugerente ventana de estilo gótico-renacentista, molduraciones ornamentales, una casa palaciega, más ventanas, más escudos, una fuente, un crucero…
El casco histórico se dispone en el entorno de la Iglesia del Buen Varón, que enmarca tres grandes plazas: la de la Constitución, la Mayor y la de Gabriel y Galán o “el Coso”, antigua plaza de toros.
La Plaza Mayor es un amplio espacio abierto ante la fachada de poniente del templo, con su portal románico. En este recinto se alza el ayuntamiento, de noble prestancia. De la plaza salen las dos calles más relevantes, dirección norte, la calle Obispo Álvarez de Castro, donde encontramos una mezcla de casa típicas populares junto a unas notables casonas de piedra sillar adornadas con estupendas ventanas geminadas decoradas con adornos florales; y dirección sur, la antigua Calle Real, que constituye la entrada meridional al pueblo que se alarga hasta el Barrio del Escobar, la ermita del Cristo Bendito, pasando por las ruinas del Convento Franciscano del Espíritu Santo cuyo fundador, hijo de Hoyos, llamado Pablo Pérez, acompañó a Pizarro en la conquista de América, junto a otros tantos “soyanos” como Marcos Veas.
La Arquitectura Religiosa
Muy significativa es su arquitectura religiosa, aunque de las ermitas primitivas sólo puede citarse la del Cristo Bendito del Valle, cuadrada y de sillería granítica, de mediados del s. XVI que posee la talla de Cristo crucificado. Tuvo también Hoyos un convento franciscano, Convento del Espíritu Santo, hoy en deplorable estado de ruina. Es de la segunda mitad del siglo XVI, aunque pudo tener su conclusión definitiva en 1641, fecha que figura sobre el Blasón de Pablo Pérez.
Tiene Hoyos la suerte de ser un pueblo cuajado de arte, pero el edificio más característico y de gran interés artístico es la Iglesia Nuestra Sra del Buen Varón, cuya imagen sedente, datable en el siglo XIII, preside el retablo mayor. Compleja es la historia constructiva de la parroquia de esta localidad. Cuenta la tradición que el templo lo fundó un legendario personaje, algún maestro rural relacionado con la encomienda de Trevejo en la primera mitad del siglo XIII.
El primitivo templo se iría ampliando según fuera creciendo la demografía del lugar y a finales del siglo XV es cuando se comienza el nuevo templo insertándolo en el anterior. En ella se observa la mano de Pedro de Ybarra quien, posiblemente, dirigió las obras entre 1545 y 1560.
La parroquia ubicada en el centro del pueblo, construida con excelente piedra sillar, tiene tres portadas abiertas a cada una de sus plazas dando el acceso al templo. Pero es la puerta principal, la más importante desde el punto de vista artístico uno de los escasos ejemplos de estilo tardorrománico que pueden encontrarse en Extremadura, pertenecientes a la antigua parroquial Medieval. Destaca en ella el arco de Medio Punto, embellecida con sendas arquivoltas, con dos columnas a cada lado y atractivos capiteles con ornamentaciones vegetales, e imágenes que quizás aludan a la virgen María a la que está dedicada el templo. Las otras dos portadas son de estilo gótico y pertenecientes a la nueva construcción del primer cuarto del s. XVI. Son de gran interés las gárgolas con formas tubulares y de animales, así como los ocho curiosos pináculos adornados con bolas situadas en la zona alta, que decoran y bordean la iglesia.
El estilo del interior de la iglesia es muy variado, pero muy similares a las parroquias vecinas de Acebo y Gata, en las que también intervino el gran arquitecto Pedro de Ybarra. El barroco retablo Mayor, obra del circulo de los Churrigueras, decorado con cuatro columnas Salomónicas donde se encuentra la representación de la crucifixión del Señor, junto con María y San Pedro del s. XVII. En el centro la joya mas característica de esta capilla, la Imagen de Nuestra Sra. del Buen Varón del s. XIII a la que está dedicada el templo, y abajo le acompaña la talla de la Inmaculada Concepción. A los lados las imágenes de San Ramón Nonato (s.XVIII) y San Bartolomé (s.XVI). También decubrimos a los patronos del pueblo San Lorenzo a la izquierda, y San Lino a la derecha, cuyas fiestas locales son el 10 de Agosto y el 23 de Septiembre.
La sacristía está dotada con imágenes llenas de dolor. Vestida de negro y con triste mirada, se encuentra Nuestra Sra. La Dolorosa que sale en la procesión más emblemática de la Semana Santa "La procesión de la Soledad". De notable estilo es el coro renacentista, sujeto en tres capiteles, con un órgano antiguo deteriorado por el tiempo, y algunos retablos que se trajeron del convento franciscano del Espíritu Santo. Para subir hasta el coro debemos ascender por unas escaleras de caracol que conducen hasta la torre del campanario abriéndose a modo de abanico, con un total de 102 peldaños. Desde el campanario se divisa una bella panorámica de toda la localidad y su entorno natural. Elemento notable es el púlpito de granito empotrado en el arco de la capilla mayor, s.XVI.

martes, 8 de julio de 2008

Miajadas

Miajadas, hoy conocida como capital mundial del tomate, registra los primeros vestigios de la huella del hombre en el Neolítico, en los taludes terrosos del río Búrdalo, en la finca de los Veneros y fueron descubiertos por Mario Roso de Luna, a principios del S. XX. Se nos habla de dos construcciones subterráneas a unos 100 metros de distancia entre sí, en un buen estado de conservación, y otras construcciones, semiderruídas por el paso del tiempo y la huella del hombre.
Las cuevas a las que se refiere son parecidas a las del Romeral de Antequera (un largo pasadizo de entrada a una cámara) y son tumbas donde depositaban los restos de sus antepasados estos primeros habitantes de la localidad.
Son numerosos los útiles hallados por las tierras de Miajadas pertenecientes a las primeras épocas de la Prehistoria: jarros de barro, hachas de sílex y granito, puntas de flechas o lanzas, etc... y un sinfín de restos de mobiliario doméstico. De la época romana también quedan vestigios de tumbas en diferentes fincas de los alrededores, e incluso muchas de las lápidas halladas aun se conservan como dinteles en casas antiguas de las localidades de Escurial y Villamesías.
En Miajadas hubo un antiguo campamento romano y la inscripción hallada en una piedra (según documento que consta en el Archivo Histórico Nacional), hace referencia al primer asentamiento prolongado.
De la época musulmana, únicamente existen vestigios de moradas o casas de campo esparcidas a lo largo del término municipal.
Con la construcción de la Orden de Santiago en 1475 las tierras de Miajadas fueron reconquistadas a los musulmanes por San Fernando, cuando reconquistó Montánchez y Medellín. Poco después en el S. XIII se construyó el castillo de Miajadas, perteneciente a los condes de Medellín.
En 1642, el portugués Francisco de Melo, se anexionó las tierras de Badajoz, incluido Miajadas, dónde encontró un levantamiento popular contra la invasión y el apoyo total del pueblo de Miajadas a la monarquía del Felipe IV.

lunes, 2 de junio de 2008

Guadalupe

No se puede entender la historia de Guadalupe sin hacer referencia a su monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, de quien dependerá durante gran parte de su historia.La primera noticia que tenemos de la población data de 1340, momento en el que Alfonso XI otorga terrenos a los pobladores que se habían ido instalando junto a la ermita; probablemente este grupo poblacional inicial no era muy importante. Siete años después otro documento menciona a la localidad "Puebla del dicho logar de Santa María de Guadalupe", quedando reconocido como de realengo, y un año después el rey concede al prior del Santuario el Señorío de la Puebla, condición bajo la que estará hasta 1820, momento en el que se formó en Guadalupe el Ayuntamiento Constitucional.En 1368 la importancia de la localidad debe ser notable, aunque probablemente será a partir de esta fecha cuando adquiera mayor desarrollo. En ese año el rey Pedro I concedió a la Puebla de Guadalupe feria franca durante 20 días, en torno a la festividad de la Virgen. En 1389 aparece mencionado en los documentos como un lugar de numerosa población, aunque se desconoce el número de habitantes. Probablemente los privilegios de los que gozaba el Santuario y la Puebla, y la incrementada población que acudía a visitar a la Virgen, dio lugar al asentamiento de comerciantes y artesanos, además de los que estaban al servicios del Monasterio, potenciándose una actividad importante en la localidad, línea que se mantuvo e incluso se incrementó en algunos períodos a lo largo de su historia.Hoy Guadalupe sigue siendo un importante centro devocional, punto de encuentro de los devotos extremeños que visitan a su patrona, así como de importantes personalidades, continuando con una tradición iniciada desde sus orígenes. En los últimos años ha sido visitada el Papa Juan Pablo II y los Reyes de España.

sábado, 10 de mayo de 2008

Leyenda del hombre volador (Plasencia)

¿Puede un hombre volar?
El hecho que vamos a recordar ocurrió en Plasencia, es aquella extraordinaria y estupenda historia del hombre volador, tan difícil de creer, pero de la que atestiguan doctores tan sabios como el P. Juan Luis de Cerda, en su edición comentada de Virgilio:
Si se hace ciertamente duro de admitir que pudiera un hombre volar como si fuera un ave, escapando así de la prisión que lo encerraba y pasando sobre la cabeza de los atónitos placentinos, quienes veían y no daban crédito a sus ojos, ¿cómo no hemos de admitir lo que confiesa un doctor Padre de la Compañía, sin pecar de atrevidamente temerario, y tal vez de irreverente?. Aún subirá vuestra admiración de punto, si os declaro que quien así escapaba de la cárcel, era nada menos que el autor de las maravillosas tallas del coro de la catedral placentina. Pero procedamos por orden, y comencemos, para que no haya dudas, con lo que dicho Padre La Cerda, declara en su eruditísimo comentario latino, cuando anotando un verso del libro VI del La Eneida, aquel que dice ausus se credere coelo, escribe: (traducido) En la Plasencia española, cierto sujeto se evadió de la cárcel, temeroso, como acontece, del brazo secular de la justicia.Como quisiera evadirse, adaptó a sus hombros unas alas, y se lanzó al cielo desde la punta de la torre; atravesó volando toda la ciudad y cayó lejos de las murallas, fatigado por el mucho meneo del cuerpo. Todavía hoy se muestra el lugar de su caída. De este hecho fueron testigos los ojos de los placentinos que vieron al hombre volador...Que hubo arte diabólica es cosa que ni se duda, mayormente si sabemos que el prisionero volante, no era otro que el artífice del estupendo coro de la catedral. De su diablesca inclinación, hartas pruebas había dado ya al labrar la sillería: ¿cómo sin estar bajo el dominio del maligno, se puede tener una habilidad tal, sumada a la irreverentísima indecencia y obscenidad desvergonzada, de tantas de sus misericordias?.Harto probó allí su filiación diabólica, para que necesitáramos de vuelos u otros embelecos que acreditaran su connivencia con el infierno.
El que da cuenta de la cosa con gran copia de detalles y datos, y no es para menos, teniendo en cuenta la proclividad al materialismo y a la incredulidad de su siglo, es el ilustrísimo don Antonio Ponz, quien al comentar la VI carta del tomo VII de su Viaje de España dice:... lo que creemos fabuloso en Dédalo, fue un hecho verdadero sucedido en Plasencia. Voló un hombre y voló un gran trecho. Es opinión que tal avechucho fue el que hizo la sillería del coro de la catedral... Atravesó trepando por los vientos toda la ciudad, desde el castillo a la que llaman la dehesa de los caballos, medio cuarto de legua de Plasencia...Convido muy de veras a mis oyentes, para que lean allí la explicación de su prisión y otros pormenores. Mas como bien me sé que mi siglo, es también un tanto materialista e incrédulo, y busca la causa eficiente y científica de todas las cosas, véome aún obligado a transcribir un párrafo más del citado autor y procedencia, que nos irá dando la clave de cómo fue posible tal prodigio:...el Dédalo placentino para escapar determinó dos cosas, comer poco para adelgazarse, y que todo su alimento fuese de aves, las que mandaba llevar con plumas, hasta que juntó gran porción. Pesaba... la carne de las aves peladas, y luego sus plumas, y sacaba por computo fixo que para sostener dos libras de carne eran necesario cuatro onzas de plumas. Averiguada dicha proporción, sacó por consecuencia, que tantas libras, o arrobas que él pesaba, necesitaba tantas onzas o libras de plumas para mantenerse en el aire, y juntándolas las pegó con cierto engrudo a los pies, cabeza, brazos y a todas las demás partes de su cuerpo, dejando hechas dos alas para llevarlas en las manos, y remar con ellas: así se arrojo este emplumado al viento, y después del trecho referido se precipitó, haciéndose pedazos.

martes, 29 de abril de 2008

Malpartida de Plasencia

El aspecto más interesante de Malpartida de Plasencia aparece con la guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas. En la navidad del año 1808 las tropas francesas de Napoleón Bonaparte destruyeron buena parte del núcleo urbano de Malpartida de Plasencia. Incendiado el ayuntamiento por los gabachos fieles al hermanísimo Pepe Botella y hechos literalmente cenizas sus archivos municipales, en represalia por la participación heroica de sus vecinos en la batalla del Tiétar, se desconoce la fecha exacta de la fundación de este pueblo, pero se sabe que en 1494, reinando entonces sus majestades los Reyes Católicos, éste ya contaba con 180 habitantes.
Hacia principios del siglo XVI muchos malpartidenses -lo de chinatos fue un gentilicio moteado que vino después- marcharon a la recién descubierta América; resalta entre ellos un tal Diego Gómez de Malpartida, paisano aventurero, aunque no llegó a tener renombre eclipsado por otros navegantes y conquistadores. Otro ilustre de por aquí fue el clérigo Fray Alonso Fernández, confesor de una reina en cuyo honor se alza un colegio.
En el extenso término municipal de Malpartida de Plasencia, sobresale la silueta arquitectónica de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, comenzada a construir en 1551 sobre el solar de una vieja ermita románica, siendo obispo de Plasencia Don Gutierre de Vargas y Carvajal. En su techo, o séase, la atalaya buida de la sin par iglesia, anida la cigüeña que trae los niños. El canuto redondo, anexo a la torre cuadrada, de base, es interiormente una escalera de caracol que te guía al campanario, donde se llega mareado, el mismo asemeja a un telescopio de piedra que apunta verticalmente a las estrellas, otros lo comparan con un minarete, pero su forma más lograda es la de un cohete pegado al imán terrestre que la imaginación lanza a “Dios”. Allí arriba de la iglesia están las campanas de bronce, que antaño sonaron a mortaja, fuego o fiesta, dormidas en el tiempo, indiferentes, empotradas en gruesos arcos con sabor a Nuevo Mundo, una de ellas, la mayor, dicen que pesa más de una tonelada métrica.
Pero además de este templo descomunal con visos catedralicios, que aún hoy mantiene su desproporción con respecto a otros modernos edificios, se han encontrado vestigios romanos, incluso ruinas muy antiguas, caso del Torreón del Calamoco, de factura protohistórica. No obstante, susodicha iglesia, de estilo gótico decadente, con detalles barrocos propios de la movida renacentista, es la joya de nuestro patrimonio, sin dejar de lado la cruz del cementerio de Nuestra Señora de la Luz, infravalorada, y aquella otra, la de San Gregorio, ambas en lo alto de sendas columnas de granito, cada cual con diferente traza.
Poco más puedo decir de Malpartida en un comentario que pretende ser breve. Me alargaría mucho si tocase el interesante tema de los Templarios, o siquiera sobre las mestas, estando sito mi pueblo en el cruce de dos cañadas reales. La investigación y quizás la imaginación, pueda remediar la irreparable pérdida de esos tan valiosos archivos municipales.
Más referencias se perdieron con la quema intencionada de la biblioteca de Alejandría.

sábado, 26 de abril de 2008

Hervás

Hervás, conocido como La Villa de Hervás nació como una aldea independiente del territorio de Bejar. Su nombre es modificación de San Gervasio, que todavía conserva el rio "Santihervas", afluente del Ambroz. En tiempos de la reconquista, Hervás perteneció a los reinos de Castilla, a la zona denominada Tras la Sierra, varias veces repartida entre este reino y el de León. En el reinado de alfonso VII, "el emperador", rey de Castilla y León, e hijo de la reina Urraca y del conde Ramón de Borgoña, reparte sus estados entre sus hijos, Sancho III el Deseado de Castilla, y Fernando II de León, lo que determinó la frontera, que recordaremos ahora para la parte Sur. Se cree que los primeros pobladores de la hoy Villa de Hervás, bien pudieron ser celtas e íberos, más tarde lo frecuentaron los fenicios y griegos, y despues la hoy querida cultura judía, que errante, se aposentó donde encontró camino abierto y lugar anhelado. Pensamos que hubo en nuestro término emplazamientos remotos, concretamente vetones, una de las ramas en que podemos dividir a los celtas; estos pudieron construir un pequeño poblado en forma de fortificación, por las abruptas sierras de Hervás, dado su caracter guerrero. Hace pensar la estancia de este pueblo, en los términos de origen célticos que han quedado, como "Pinajarro" que significa "Pico Alto" y da nombre a la mayor elevación montañosa de la serranía hervasense.
La entonces aldea de Hervás perteneció durante muchos siglos a la jurisdicción de Bejar en lo político, y en lo religioso depende todavía del Obispado de Plasencia, fundación de Alfonso VIII. Las fundaciones de las ciudades de Bejar y Plasencia, muestran el deseo del monarca de fortalecer su frontera con el Reino de León, la decisión de utilizar la calzada romana de la Plata como línea fronteriza, dificultaba su utilización para el comercio, en un periodo en que escaseaban las comunicaciones. Estas tensiones y dificultades desaparecen con la unión definitiva de los reinos de Castilla y León, bajo el cetro de San Fernando en 1230.
En 1212, según cuenta en la documentación del Arzobispo Rodrigo Ximenez, la población de Hervás participó, junto con la comunidad de Plasencia, en la Batalla de las Navas de Tolosa. De aquí que desde entonces Hervás tenga el título de Lealtad. Mas tarde los hervasenses tambien participaron en la toma de Baeza, por la que el rey Fernando III le otorga la Bordadura de Gules, con ocho aspas que rodean las armas de su escudo.
En las capitulaciones matrimoniales de Alfonso X y doña Violante de Aragón, se estipula la entrega de varias poblaciones, entre ellas el poblado de Hervás. Estas tierras formaban el dote de la reina y fueron tomadas por su hijo Sancho IV, según reclamaciones hechas por el hermano de este D. Juan.
Hervás, Bejar y los poblados de los alrededores, eran utilizados por Fernando IV para atraerse a don alfonso de la Cerda, que se le ofrece, junto con otras, para hacerle desistir de sus pretensiones a la corona de Castilla; más como el infante sigue manteniendo sus pretensiones, el Rey se apodera de nuevo de Bejar, Hervás y sus dependencias.
Hacia el año 1227, la reina Doña Violante de Aragón, esposa de Alfonso X el Sabio, visitó la ciudad de Béjar y el entonces poblado de Hervás, donando lo que hoy conocemos como Monte Castañar Gallego, unos hablan que por méritos de guerra o por los que la leyenda dice, que una mujer de Hervás amamantó al príncipe su hijo.
Hay conocimientos documentales de que el monte de Hervás era punto estratégico, pues en él se refugiaban las tropas cristianas, ocultandose del enemigo.

Sigue siendo el lugar dote de reinas. En un testamento hecho en Hervás, en 1395 se dice que fué dictado ante Juan López, Escribano Público de Bejar y su término, por la Reina doña Beatriz, que era efectivamente reina viuda, desde la muerte de Juan I, en 1390. A traves de dicho testamento podemos asomarnos al Hervás del siglo XIV. A finales del siglo la corona se desprende de Bejar. Y don Diego López de Zúñiga, señor de Frías, por merced de Enrique III, dada en Illescas el 29 de enero de 1394, trocó dicha villa de Frías por la de Bejar.
En 1461 se señala la Cañada de la dehesa del "orillar" para paso de ganado con un ancho de 214 pies. La dehesa fué donada por Alfonso XI, y años mas tarde el terreno debío enajenarse con o sin autorización, pues actualmente son fincas particulares.
Años mas tarde, los Reyes Católicos la declaran Villa de Fuero Real, por su participación en las conquistas de Málaga y Granada. El Edicto de Expulsión de los judíos de la península había de hacerse efectivo en el plazo de sies meses, exceptuandose aquellos que se convirtiesen al cristianismo. A los judíos les fueron prohibidos llevar oro, plata, monedas, alhajas, ni cosas algunas de valor. Al cumplirse la orden de expulsión, una parte de los judíos de Bejar y Hervás marcharon a Portugal, donde el rey Juan les permitió el paso por ocho meses; muchos entraron por la frontera de Ciudad Rodrigo , pasaron más de la mitad de la población hebrea.
Por el concepto llamado de capitación y medio servicio, pechaban o pagaban 45 maravedíes por vecino o cabeza de familia, esto nos permite suponer que la aljama de Bejar y la población de Hervás, contaba con más de 156 familias, oséa, unos 600 judíos. ¿Cuantos judíos erán de Hervas?. Es dificil conocer el dato exacto, pero si nos atrevemos a puntualizar de alrededor de los 250 o 300 hebreos.
En un documento encontrado en el Archivo Histórico Nacional, sección nobleza, nos hace referencia en un legajo a la relación de los judíos o cabezas de familia que vivían en Hervás en 1492. En la lista figuran algunos de los siguientes nombres: Mosé Salvadiel Orabuena, Mosé Zarco, Zuce Marco, Yusé Molso, Jaco Salvadiel Bella... En algunos de los nombres se indica la condición de los individuos, así Rabí Samuel, físico o médico, y Rabino, lo que está de acuerdo con la costumbre de que el rabino conociera todo. "T´exedor" denota el oficio, lo que demuestra que a finales del siglo XV ya existia la industria del tejido en Hervás. Otros se dedicaban al préstamo, tales como los hermanos Cohen, Haben Haxiz, el mismo Rabí Samuel y Bellida la Rica, hasta los mismisimos reyes acudían a ellos en numerosos casos de apuro.
El 20 de Juniode 1493 se presentó en la población de Hervás el notario bejarano, exigiendo la presencia del alcalde de la aldea, Gonzalo de Moncada para conocer el patrimonio de los judíos. en 1492 se robó de la sinagoga de Hervás material religioso, cuyo autor fué Fernando de Moreruela y cuyo hurto está debidamente documentado en archivos.
En el año 1494 retornaron gran parte de los judíos exiliados por el Edicto en tierras portuguesas, entre ellos el físico y médico Rabí Samuel.
Hagamos un esfuerzo de comprensión en referencia a la comunidad judía, una comunidad que siempre estuvo vinculada, al igual que la cristiana los estaba a los sucesivos señores, a la aljama de Bejar. De su importancia nos da testimonio la distribución de los 450.000 maravedís que hizo el físico del rey, Rabí Jacob Aben Nuñez en 1474. Entre las aljamas de Castilla 7.000 correspondieron a la de Bejar con los judíos de Hervás, "mientras que la aljama de Plasencia con los judíos que moran en Galisteo o en aldeanueva del Camino" solamente tuvieron que pagar 5.000 maravedís.
En cuanto a la aportación a la cultura de la época, tambien fué grande. su sinagoga, centro educativo y difusor de cultura a través, sobre todo de la escuela Talmúdica, se citaba entre las mas importantes de la provincia, junto a la de Cáceres o Plasencia.
Así mismo algunos historiadores aseguran que la aljama hervasense estaba compuesta por ricos hombres y artesanos; lo cierto es que sí los hubo, pero aproximadamente la componian unas cincuenta familias, la mayor parte de ellos se dedicaban a la agricultura y al pequeño artesanado, a la par que a tratos que les reportaban pingües beneficios.
De cualquier forma, la herencia cultural judía en Hervás fué grande, y aún perduran tradicionales leyendas como la del rabí que mata a su hija por mantener relaciones con un cristiano, o la judía errante "la maruxa", alma en pena que siempre que se aparecía presagiaba malos augurios.

En los últimos años del siglo XV y principios del XVI, la historia de Hervás estuvo basada en la expulsión y conversión de los judíos al catolicismo. Varios son los documentos archivísticos que explican estos años de la historia de Hervás, años donde la inquisición se apodera del terror y de la inestabilidad de un pueblo, donde siempre convivieron en plena armonía, judíos, cristianos y musulmanes.
En 1596, el alcalde del entonces lugar de Hervás, solicita a la corte la renovación de la donación del Monte Castañar Gallego, donación que realizó la esposa de Alfonso X "el Sabio" a la población, y que , monarca tras monarca fueron renovando la donación. En el año 1664 doña María López Burgalés, natural de Hervas, y su hijo, donan parte de su herencia para la construcción de un convento.
Esta señora deseaba fundar un convento de religiosos, los cuales ayudasen a sus paisanos a ganarse el cielo. En un principio, doña María López, viuda de don Juan López de Hontiveros no sabía a que orden realizar esta fundación religiosa. Según documentos encontrados, dió la casualidad que un día en su libro de oraciones encontró una vitela (pergamino muy blanco con la efigie del fundador de la Orden Trinitaria) de Juan de Mata, y al parecer esta fué la causa de la decisión de crear un convento de los Trinitarios Descalzos en Hervás.
Todo esto parece muy bonito o tal vez una coincidencia, pero sea o no verdad lo de la vitela, la realidad es que esta orden vivió en la villa cerca de trescientos años. También y siguiendo la tradición, el cuerpo de los fundadores fué sepultado a la entrada de la iglesia. Y lo que ha sido leyenda por muchos años entre los numerosos escritos, se hizo realidad el 4 de Marzo de 1945, al hacer unas excavaciones en el atrio de la iglesia, para instalar en el mismo un jardín, y donde apareció un sarcófago con los restos de los fundadores.
Despues de la Reforma Trinitaria, sus conventos florecieron por toda España. Su reformador ha dejado una estela luminosa por gran parte de la geografía española. Algo de esto tuvo que ocurrir en Hervás. Los Padres Trinitarios Descalzos aceptaron esta fundación porque se lo dieron todo hecho. Aquí en Hervás los primeros frailes no tuvieron que pasar el hambre y el frío que pasaron los fundadores del convento de Salamanca, según cuenta el Beato Juan Bautista en sus obras.
La fundación fué, desde sus comienzos en 1664 hasta 1727, convento raso, como se suele decir. O sea, que únicamente se dedicó a los menesteres de la vida religiosa y sacerdotal. Y desde este año, como queda dicho, fué casa de estudio de Teología y Filosofía. Mas tarde fué solo de Filosofía. Los religiosos permanecieron en Hervás hasta la Desamortización de Mendizabal. Luego no volvieron y el templo se convirtió en parroquia en 1896, pasando a denominarse de San Juan Bautista.
El Duque de Bejar, don Juan Manuel II, accediendo a la petición que le hicieron los frailes franciscanos del convento de la Bien Parada de la Abadía, manda construir el edificio para enfermería, por el gran número de paludismo que había en dicho convento. Este majestuoso edificio es hoy Casa Consistorial. El inmueble se empieza a construir en 1734.
Cuatro años antes, el Duque de Béjar, que tanta industria creó en numerosos estados, se puso de acuerdo con el súbdito británico Juan Cortés, para fundar en Hervás una fábrica de paños finos al estilo de Bejar, y le dió permiso para que tiñera lanas en el tinte que tenía. En 1730, en Hervás había solamente dos telares anchos que apenas trabajaban por falta de pertrecho.
Merced a ala protección de D. Juan Manuel II, la fábrica de paños de Hervás prosperó rápidamente y según dice don Eugenio Larruga, en el año 1733, en sus Memorias Políticas y Económica sobre los frutos, comercios, fábricas y minas de España...,"Hervás ya tenía quince telares en los que se tejían paños y bayetas de buena calidad y para cuyo sostenimiento se emplearon aquel año novecientas noventa y ocho arrobas de lana"
Por fín el año 1816, se concede al lugar de Hervás la separación del Ducado de Bejar y se convierte en Villa Eximida con la concesión de rollo, horca y cuchillo. Estas concesiones constaron noventa y nueve mil reales, dinero que se pagó en dos plazos, primeramente se abonaron cuarenta mil y el segundo fueron cincuenta y nueve mil. A cada vecino le costó siete mil quinientos maravedíes.
Años mas tarde, en 1833, la población de Hervás, Baños de Montemayor y La Garganta, pasan a formar parte de la provincia de Cáceres, antes siempre pertenecieron a Salamanca. El deslinde que se realiza es el mismo que en la época de Sancho IV.

sábado, 19 de abril de 2008

La Villa de Brozas

Existen pocos datos sobre la ocupación humana del actual término municipal de Brozas antes de la Edad Media. De hecho, no hay ningún resto arqueológico anterior al siglo XII antes de Cristo, en el llamado “Bronce Final Extremeño”; en esta etapa se inscriben el yacimiento de Araya, así como la llamada “Estela de Brozas”.
Con respecto a la época romana, el hallazgo de varias lápidas votivas a Júpiter, la base romana de un puente sobre el arroyo de Jumadiel y los restos de enlosado que se conservan en la llamada “Calzada del Puente de Alcántara” hacen pensar en la existencia, en el emplazamiento actual de Brozas, de un núcleo habitado romano nacido a la vera de esa calzada, y que posiblemente sobrevivió durante la época visigoda; así parecen demostrarlo los dos capiteles que se conservan actualmente en la iglesia de Santa María y que proceden de la finca “Las Pueblas”.
A pesar de estos vestigios, la historia de lo que es en actualidad la villa de Brozas no se inicia hasta la reconquista leonesa del oeste de la actual provincia de Cáceres, en los primeros años del siglo XIII. Tras la toma de la importante plaza de Alcántara en 1213 por Alfonso IX de León, el monarca leonés entrega todo el oeste de la actual provincia de Cáceres primero a la orden de Calatrava y, en 1218, a la orden de San Julián del Pereiro, denominada a partir de ese momento orden de Alcántara. Este territorio se organiza a partir de la villa alcantarina mediante una serie de núcleos poblados que se convierten en cabezas de encomiendas, con intenciones tanto defensivas como repobladoras. Este será el caso de Brozas, que aparece mencionada documentalmente como “Las Broças” por primera vez en 1237 y en 1244, convirtiéndose hacia 1270 en sede y cabecera de la Encomienda Mayor de Alcántara. Su favorable emplazamiento en una llanura donde confluían los caminos procedentes de Alburquerque y Cáceres con destino a Alcántara facilitó su poblamiento, acelerado a lo largo del siglo XV; ese crecimiento se benefició también de un proceso por el que fue concentrando a los habitantes de los núcleos primitivos surgidos tras la reconquista, que no gozaban de las ventajas de Brozas, y que se convirtieron en encomiendas deshabitadas (Belvís y Navarra, la Puebla, Araya).
Durante los siglos XIV y XV, el lugar se vio afectado por los conflictos bélicos que azotaron a Extremadura durante la centuria, sufriendo las incursiones por tierras extremeñas del condestable portugués Nuno Alvares Pereira; en 1431 fue asaltada y saqueada por el infante don Pedro de Aragón; y algunas décadas más tarde, fue un importante objetivo militar durante la guerra civil de la orden que enfrentó al maestre Gómez de Solís con el clavero Alonso de Monroy. Los conflictos con la villa matriz de Alcántara sobre el uso de las extensas tierras comunales y baldíos llevan a los brocenses a iniciar el proceso de emancipación mediante la adquisición del villazgo, objetivo que se consigue en 1537 por una real cédula de Carlos V a cambio de 7500 ducados de oro. El villazgo llevó aparejado, además, un crecimiento demográfico vertiginoso, que llevó a Brozas a pasar de 2900 habitantes en la época de su independencia a 6240 según el censo de 1591; el crecimiento fue tan importante que, hacia 1550, surge en la zona noreste del término de la villa en torno a una venta y en un cruce de caminos un nuevo núcleo de población, que será conocido por los brocenses el arrabal de Ventas y por sus habitantes como las Navas del Madroño; Navas permaneció bajo la jurisdicción de Brozas hasta su independencia como villa en 1737. La creciente importancia demográfica y económica de Brozas se tradujo también en el ámbito político y jurisdiccional: en 1570, la corona realiza una profunda reorganización del antiguo partido de Alcántara, que fue dividido en cuatro: Alcántara, Valencia de Alcántara, Gata y Brozas. La villa, junto con Navas del Madroño y la antigua villa y encomienda de Araya, pasaba a ser gobernada por un alcalde mayor, gobernador y capitán de guerra, nombrado directamente por el Consejo de las Órdenes y que se convertía en la máxima instancia judicial del partido.
La población comienza a descender claramente a finales del siglo XVI, cuando a la crisis agraria se une la llegada de enfermedades como la peste, que causa una gran epidemia entre 1599 y 1601. Con ella se abre la crisis del siglo XVII, durante la cual Brozas pierde casi la mitad de su población, debido a la conjunción de factores muy negativos como los ya mencionados, y junto a ellos otros como la expulsión de los moriscos en 1609, que supone la marcha de la villa de casi 300 personas, la emigración a América y, sobre todo, los efectos de la Guerra de Secesión de Portugal (1640-1668). En realidad, la crisis del siglo XVII se prolonga durante los primeros años del siglo XVIII debido a una nueva guerra, la de Sucesión española, en la que Brozas fue uno de los objetivos fundamentales de los ataques portugueses, contrarios a Felipe V de Borbón. La villa fue de hecho conquistada en abril de 1706, padeciendo un terrible saqueo y el incendio de numerosos edificios, entre ellos el ayuntamiento.
Desde el final del conflicto, en 1713, se inicia una lenta recuperación basada en la puesta en cultivo de nuevas tierras y en la paz que reina en el país durante prácticamente toda la centuria. La expansión demográfica provocó el estallido de un conflicto social muy grave entre los labradores ansiosos de nuevas tierras de cultivo, por un lado, y la nobleza local y los ganaderos de la Mesta defensores de los pastos, por otro; este conflicto dio lugar a motines como el de 1750 contra el administrador de la Encomienda Mayor y en el que participaron más de 100 labradores, o las ocupaciones de tierras entre 1793 y 1794 al amparo de la Real Orden de 1793 que declaraba de pasto y labor todas las dehesas extremeñas.
El siglo XIX supone un cambio radical en la evolución histórica de Brozas; en primer lugar, la grave crisis agraria y epidémica de 1804-1806 supone el fin del crecimiento demográfico, agravado por las consecuencias de la Guerra de Independencia. La guerra supone, al mismo tiempo, el fin del Antiguo Régimen y el comienzo efectivo de la Edad Contemporánea; desaparece así la sociedad estamental, al ser privada la nobleza de sus privilegios, aunque no de su riqueza. Pero es sin duda el clero quién más sufre estos cambios, con la disolución de las órdenes religiosas y el consiguiente cierre de los conventos, primero, y después con la desamortización (expropiación) de todos sus bienes en 1836-37.
Otra medida liberal que tuvo gran impacto en Brozas fue la desamortización de los bienes de propios por Pascual Madoz en 1855-56; como consecuencia de ello fueron enajenadas casi 14000 hectáreas de titularidad municipal, que pasaron a manos privadas. Esa nueva sociedad surgida de las reformas liberales seguía estando dominada por la oligarquía de siempre, y frente a los que se situaba la gran masa de jornaleros sin tierra. El resultado fue el surgimiento de una incipiente conciencia de clase y el comienzo de primitivas organizaciones obreras. Brozas será pionera en el movimiento obrero extremeño; así, ya en 1877 existía una federación local de la I Internacional. La situación a veces desembocaba en motines y altercados, como el acaecido en 1874 contra el sorteo de las quintas y milicias.
Estos problemas sociales alcanzarán su máxima expresión en el siglo XX. En Brozas arraigan así con fuerza los partidos y sindicatos obreros preponderantes en España, sobre todo el socialismo en su vertiente sindical (FET). También tuvo su importancia el movimiento social católico, que tuvo como principal representante a don Carlos Barriga, cura de la parroquia de Santa María, quien a finales del siglo XIX fundó uno de los primeros sindicatos católicos de crédito agrícola de toda Extremadura.

jueves, 17 de abril de 2008

Piedras Albas

No son muchas las noticias impresas que se pueden encontrar sobre la historia del pueblo, o al menos es un trabajo de rastreo que aún está por hacer.

En principio, se puede suponer a tenor de los restos, que es probable, que en la época Prehistórica tuvieran lugar asentamientos en torno a "el Canchal de los dos Ojos" ó “Peña Buraca”, aunque no sabemos mucho más sobre éstas culturas.

Más tarde en epoca Romana, es bastante fácil que hubiera población, aunque sólo sea una deducción hecha a partir de los trabajos que debieron girar en torno a la construcción del puente de Alcántara.

Los árabes también dejaron huella en la zona, el lugar donde se asienta “el Castillo” éra una zona de viñas y en éste mismo sitio dice la leyenda que vivía la "Mora Encantada". En este lugar ahora tan solo quedan bloques de piedras de canteria de color rosado y blanco, posiblemente son las que dan nombre al pueblo. De cualquiera de las maneras todo ésto no deja de ser conjeturas, de las que en principio, no hay documentacion fidedigna.

Donde si encontramos noticia impresas sobre Piedras Albas, es, en el Diccionario Geografico de Pascual Madoz, que data de mediados del siglo XIX, en donde se hace una descripcion geografica y Administrativa de este tipo:"Situado a la falda de un cerro mirando al Sur; es de clima templado; reinan los vientos E. y O., y se padecen tercianas.Tiene 440 casas de piso bajo; una escuela .... a la que asisten 30 niños y una Iglesia parroquial (Nº Sº de la Romana).......; a las afueras, 300 pasos al sur, aunque en territorio de Alcántara, la arruinada ermita de S. Gregorio, que sirve de cementerio, y sobre el cerro que domina el lugar, los restos de un castillo. Se surte de agua potable en dos fuentes inmediatas y otra para el ganado........ comprende una dehesa con arbolado de encina, un egido, algunos cercados con olivos y una laguna para abrevadero. El TERRENO es llano; los CAMINOS vecinales;..... la produccion es de; trigo,cebada, centeno y aceite; se mantiene ganado cabrio, lanar, vacuno y de cerda, y se cria caza de todas clases...tiene 3 molinos harineros y se trafica en los granos y ganado de el pais. Poblacion 90 vecinos, 493 almas...", ésto es lo que nos encontramos en el Diccionario de Madoz.

Por otra parte, en un libro que se llama "Caceres y su provincia" (perdón por no saber el nombre del autor) tambien podemos ver:" La Parroquia de N. S. de la Romana es un edificio de mamposteria y sillares en los contrafuertes, de una sola nave con cuatro tramos separados por arcos de medio punto sobre pilastras adosadas, y cubiertos mediante bovedas de cañón con lunetos. Presbiterio recto, con arco triunfal de medio punto y bóveda de cruceria estrellada. Coro a los pies; el frente está formado por tres arcos rebajados, y se cubre el sotocoro con bóveda moderna. Torre en el angulo suroeste, de planta cuadrada, con dos cuerpos, realizada en mamposteria.

Dos puertas de entrada, una en el lado de la Epistola, con arco apuntado; otra en el hastial occidental, con arco de medio punto formado por alargadas dovelas planas, y enmarcado lateralmente por pilastras La parte mas antigua corresponde al presbiterio, de la segunda mitad del siglo XVI; el primer tramo de nave se construyo entre 1630 y 1650, edificandose el resto del Templo en la segunda mitad del siglo XVII, dentro del estilo barroco......"

viernes, 11 de abril de 2008

Historia de Moraleja

Los primeros vestigios aparecidos por la zona corresponden al Paleolítico inferior. En la Edad de Bronce aparece ya una importante actividad ya que han aparecido estelas o losas de piedra donde se hacían grabaciones. A finales del último milenio antes de Cristo, se desarrolla la industria metalúrgica de bronce y oro. Se confirma la existencia de un importante flujo humano en las zonas próximas a Moraleja, sobre todo siguiendo el curso del río Alagón.
Con la construcción de la carretera de Moraleja a Zarza, se encontraron restos de un asentamiento romano, cercano al río Árrago, que es la villa romana El Ladrillar, encontrándose diversos materiales, entre los que está una hidra o tinaja para el agua, que se encuentra en el Museo Histórico Provincial de Cáceres. También se han encontrado en el mismo sitio restos de una instalación termal.
Vetones y lusitanos se distribuían el territorio en tiempos prerromanos, no se sabe muy bien los ámbitos territoriales de ambas etnias, aunque parece que en la Sierra de Gata los lusitanos ocuparían la zona occidental, mientras que los vetones estarían en la parte oriental. Ambos pueblos ofrecieron gran resistencia a la penetración romana, cesando tras el asesinato de Viriato (139 a.C.), época en la que las tierras se suman al proceso.

En tiempos de Augusto, con la división administrativa de la Hispania Ulterior, la comarca de Moraleja se incluye en la provincia de Lusitania, y más concretamente en el Conventus Emeritensis, destacando en el área de la Sierra de Gata las ciudades de Mirobriga (Ciudad Rodrigo), Caurium (Coria), Capera (Caparra). Precisamente Coria, vecina de Moraleja, ofrece monumentos tan singulares como su magnífica muralla romana, así como un buen número de inscripciones funerarias y algunos restos escultóricos. Si bien Moraleja no conserva restos romanos de carácter monumental, al menos existen algunos testimonios epigráficos que informan de un cierto grado de actividad en época romana, aunque no podemos saber si se trata de un núcleo con vitalidad propia o bien correspondiente al área de expansión de la ciudad romana de Coria.
Así podemos ver cómo en la época romana la zona de Moraleja experimente un progresivo poblamiento, con asientos estables, al menos en el ámbito rural, determinado posiblemente por la explotación agrícola de su tierra. Además, hemos de tener en cuenta que posiblemente por las inmediaciones del asentamiento actual de Moraleja transcurriría la calzada romana que iba desde Alconétar hasta Caurium y desde allí, atravesando la Sierra hasta Mirobriga. Esta calzada es más conocida en su etapa medieval, identificándose entonces con el nombre de vía Dalmacia.
En la Edad Media con la muerte de Alfonso VII, su reino se reparte entre sus hijos Sancho y Fernando; Castilla será gobernada por Sancho III, mientras que León, reino en el que se integra esta comarca, lo será por Fernando II.
En nuevo rey leonés cuenta con un territorio que se extiende desde Galicia hasta el río Tajo. En su área más meridional, la zona comprendida entre la Sierra de Gata y el citado río Tajo, denominada la Transierra.
Posteriormente los almohades volverían a tomar casi toda la Transierra y bajo el mandato de Abu Yacub Yusuf en el último tercio del siglo XII caen en su poder Alcántara, el Castillo de Milana y otras fortalezas de la Sierra de Gata, hasta su reconquista definitiva por Alfonso IX a comienzos del siglo XIII.
En este ambiente histórico de Reconquista hay que situar el entorno geográfico de Moraleja, cuya tierra lógicamente se vería inmersa en estos conflictos y andanzas bélicas. Sin embargo, el antecedente de lo que hoy es Moraleja lo encontramos unos kilómetros más al sur, en el enclave ya citado de Milana.
El Catastro de Ensenada fechado en 1753, describe el tipo y dedicación de las tierras, hortalizas en el regadío, en el secano cereales, viñas, olivos, pastos para el ganado y monte alto y bajo…Destaca la producción de aceite con varios molinos para su elaboración todos ellos situados en la Ribera de Gata. Por aquel entonces Moraleja contaba con 140 viviendas de las que 10 estaban cerradas por “falta de moradores”. En 1791 contaba con 170 vecinos, de los que 110 eran jornaleros, 50 labradores, 2 zapateros, 2 sastres, 2 carpinteros y 1 herrero. En 1847 tenía 250 casas (en torno a 1200-1500 habitantes), se menciona ya la existencia de huertas y encinares, abundante cereal (centeno, trigo y cebada), aceite, vino, legumbres y una fábrica de jabón duro, 5 molinos para el aceite y 2 más para los cereales

jueves, 10 de abril de 2008

Leyenda cacereña (narrada por Noemía Álvarez Merchán)

Parecerá extraño lo que os voy a contar pero es una historia verídica que ocurrió en mi pueblo hace mucho tiempo.Mi pueblo era antiguamente una pequeña aldea de las zonas más escondidas de la provincia de Cáceres. Aquí reinaba un hombre al que todo el pueblo quería y admiraba pero más querida aún era su hija, una bellísima princesa a la que, por mandato de su padre, le estaba prohibido salir de palacio.El rey era un buen hombre pero adoraba a su hija por encima de todas las cosas y no permitiría que nada le ocurriese a ésta, por ello la encerraba en su habitación.Un día de primavera, la princesa, harta ya de su encierro decidió tramar un plan y escapar, solo por unas horas de su cuarto. Para ello, sólo tenía que salir por la ventana de su cuarto al alba y volver antes del ocaso, sin ser así descubierta.

Y finalmente así lo hizo.

Una vez había salido de palacio todo era más fácil,se cubrió el rostro para no ser reconocida y simplemente paseó y paseó por las calles del pueblo, aún desconocidas para ella.La princesa, sin saber muy bien por donde iba se adentró en el bosque, tanto que se perdió, pero gracias a que todavía no había oscurecido encontró una casita al final del bosque donde conoció a un guapísimo aldeano que la acompañó a las cercanías de palacio. Los jóvenes quedaron tan enamorados el uno del otro que decidieron volver a verse.Todos los días la princesa se escapaba nada más salir el alba y volvía al anochecer antes de que su padre entrase en su habitación para visitarla cuando iba a la cama. Los días que la princesa no conseguía salir de su cuarto se hacían eternos para los enamorados pero la espera era totalmente reconpensada cuando tras unos minutos de retraso, como siempre, la princesa y el guapo aldeano se veían en un viejo y abandonado túnel que no lleveba a ningún sitio. El escondite era perfecto ya que tenía una de sus bocas tapadas totalmente y la otra daba a las afueras del pueblo.En definitiva, era muy dificil que el rey se enterase de lo que ocurría.Pero sus pesadillas cobraron forma y se hicieron realidad ya que el rey descubrió las escapadas de su hija y mandó a un guardia de palacio a seguirla para descubrir lo que hacía.Una vez enterado el rey de las visitas que su hija tenía con un joven aldeano y de su escondite secreto, fue tal su enfado que decidió ir a verlo con sus propios ojos.

Al llegar el rey al túnel, junto con diez de sus hombres descubrió algo que cambio su vida para siempre:su adorada y lindísima hija en los brazos de un simple aldeano.Todo lo que había hecho por su hija se desmoronó en un segundo.La ira se apoderó de tal forma de él que acabó enloqueciendo de dolor y mandó a sus hombres a que encerrasen a la pareja de amantes en aquel mismo túnel durante uno de sus encuentros, y asi lo hicieron.La mañana del 13 de diciembre, la joven, marchó como cada día a aquel oscuro lugar y una vez allí, se vio con el joven.Realizando las órdenes de su superior, los guardias de palacio los encerraron cuando estaban tapando la única boca que quedaba abierta.Según lo que cuentan las leyendas de mi pueblo, los jóvenes duraron vivos, sin comida ni bebida unos tres días y luego,agarrados de la mano y queriéndose más que nunca, dejaron que la muerte se los llevase.Los cuerpos nunca fueron encontrados y son muchos los vecinos que desde esos tiempos hasta ahora han jurado oir en lo más lejano de la sierra del pueblo las voces de los amantes pidiendo auxilio y susurrándose, lentamente las palabras: TE QUIERO.

martes, 8 de abril de 2008

Alcántara

Podemos hablar de grupos humanos en el término de Alcántara a partir del Calcolitico

De todos es conocido que durante la Edad del Hierro se produce una penetración y asimilación en la Peninsula de grupos considerados extrapirenaicos y denominados célticos o hallstáticos. El territorio de Alcántara quedará situado en la frontera de ¿os de estos pueblos, los lusitanos y los vetones. Las fuentes antiguas no nos aclaran muy bien si pertenecía a unos o a otros- Si bien, todos los indicios abogan por los lusitanos.
Será a partir de este momento cuando comience a desarrollarse un tipo de fortificaciones que vienen conociéndose con el nombre de «castros, Realizados aprovechando el meandro de algún rio, son colocados en lugares Inaccesibles y de fácil defensa. En los alrededores de nuestra población tenemos: El Castillejo (Piedras Albas), El Castillejo (Villa del Rey), otro sólo conocido por via oral, que estaria actualmente bajo las aguas del Pantano en la finca Entrabosnos, el Castro de Gutiérrez, y el más importante de todos, Villavieja, en la finca El Castillejo de la Orden, en un recodo del arroyo Jartin.
Este último nos ha ofrecido una «deditio" de bronce, por la cual se pone de manifiesto el momento en que los romanos consiguieron someter a este pueblo y corresponde al año 104 a.C.
Sánchez Abal, por los estudios que ha realizado en la necrópolis de este yacimiento, lo encuadra en la II Edad del Hierro y da para los enterramientos de incineración que ha encontrado una fecha en torno al siglo IV a.C., considerando la pervivencia de formas cerámicas orientalizantes y los tipos de armas (espadas de antenas tipo alcacer y espada de frontón) un tanto arcaicos que se documentan en ellas.
El documento viene a ratificar la dominación romana en la zona, patente desde los años finales del siglo II a.C. No obstante, el proceso de romanización de los pueblos indígenas debió seguir un proceso bastante lento. Las numerosas «villae» desperdigadas por el campo alcantarino dan una epigrafía y unos materiales correspondientes a los siglos II y 111 d.c., lo que nos induce a pensar que el poblamiento romano empieza a afianzarse a partir de la realización del Puente.

Aunque no podemos afirmarlo de forma taxativa, probablemente, cuando llegan los puebios indoeuropeos se habria consolidado ya un asentamiento junto al Puente. Algunos autores afirman que los visigodos la llamaron Oliva u Ovila. No obstante, los restos materiales son escasos (se ha encontrado un fragmento de pilastra de mármol blanco de 55 cm. de longitud y 24 cm. de ancho, decorada en sus cuatro caras con cenefas de motivos vegetales). Como siempre, la falta de investigaciones arqueológicas provoca lagunas que nos hacen fluctuar en el campo de las hipótesis.

En un cerro situado junto al Puente, 100 m. más arriba del nivel del Tajo, se localizan las estructuras arquitectónicas visiblemente más antiguas de esta población. Se trata de unos restos de muralla con torres cuadrangulares adosadas, con la disposición que corresponde a las alcazabas musulmanas. En una de sus puertas la del Xartin (hoy desaparecida) existió una inscripción que daba el nombre de Hacen —a— Med como constructor de esta fortificación realizada en tiempos de Abderramán 1.
A la caída del Califato pasó a pertenecer al rey taifa de Coria y, más tarde, en 1161, al rey tarifa de Cáceres.
En el siglo XII, el geógrafo musulmán el —ldrisi en su obra Descripción de España nos ofrece una de las primeras apariciones escritas del nombre de Alcántara: «Kantara —as— Saif (el puente de la Espada), es una de las maravillas del mundo. Es una fortaleza construida sobre un puente, donde la población se encuentra al abrigo de todo peligro ya que sólo puede ser atacada por el lado de la puerta».
Desde la Alta Edad Media, entre los siglos Xl y XIII, la situación fronteriza del actual territorio extremeño fortaleció su carácter militar pero no fue favorable a la aparición de poblaciones relevantes. No obstante, Alcántara se constituyó en este momento como villa de frontera, caracterizada por el gran papel que jugará la muralla y, en general, todo lo relacionado con la guerra. Se creará un auténtico núcleo urbano con una población que alternará la actividad militar con una economía agraria de signo preferentemente ganadero.
En estos años se produce la independencia de Portugal de la corona Castellano-leonesa. El rey de León siente el temor de ver cortado su paso en la reconquista hacia el sur si Portugal consolida sus fuerzas y une sus limites con los de Castilla. Fernando II. pues, decide adelantarse y reúne sus tropas en Salamanca en 1165 y al año siguiente ocupa Alcántara con ayuda del Conde Armengol VII de Urgel. La plaza volvió a manos sarracenas tras la contienda llevada a cabo por el caudillo almohade Abú —Jacob. La conquista definitiva por los cristianos se produce en 1213, en el reinado de Alfonso IX de León.
Ante la belicosidad que en estos momentos toma la Reconquista. se hace necesario contar, para la repoblación y afianzamiento de los enclaves logrados, con medios nuevos y distintos de los usados hasta entonces. Esa m,s’on fue, precisamente, la llevada a cabo por las órdenes militares, cuyo papel en la incorporaclon de la Submeseta Sur, en general, y de Extremadura, en particular, fue uno de los hechos más decisivos de la historia de la región.
La formación del patrimonio territorial de las órdenes militares en Extremadura es un fenómeno bien conocido en general, aunque la documentación presenta numerosas lagunas e insuficiencias que en el caso de la Orden de Alcántara serán dificiles de subsanar, pues sus fondos medievales se hallan perdidos.
Sabemos que en 1217 Alfonso IX entrega Alcántara a la Orden de Calatrava. A ésta le pareció difícil defender por una parte los confines de Castilla y. por otra, los de León. Por ello, renunciaron a favor de la Orden de San Julián del Pereiro, la cual babia nacido en 1156 y tenia su sede en un castillo a orillas del rio Coa, a unos 45 Krns. de Ciudad Rodrigo y a 22 de Sabugal, en actual territorio portugués. Fue aprobada por el Obispo de Salamanca poniéndola bajo la regla de San Benito con los estatutos del Cister.
Su fundador fue D. Suero y se llamó Prior de la Orden. Su hermano U. Gómez tomó el nombre de Maestre.
Diego Sánchez trasladó el convento, en 1219, de los confines salmantinos a las nuevas tierras extremeñas, continuando con la Reconquista y consiguiendo el castillo de Portillo y el de Montánchez. Ahora Alcántara se convierte en centro de irradiación de poder en todos los sentidos: militar, político, cultural y religioso. Uega a dominar 9.000Km). quedando bajo su esfera todos los municipios cacerenos situados en la actual frontera con Portugal en una ancha franja que va desde la Sierra de Gata a 5. Vicente de Alcántara, además de la comarca pacense de La Serena.
El Maestre D. Arias Pérez Gallego intervino junto a Alfonso de León en las conquistas de las ciudades de Badajoz y Mérida, por lo que se otorgaron casas en ambas y en la primera se le concedió la Iglesia de Santa Maria, que llamaron de los Freires y se hizo allí una encomienda.
En 1234, toma el maestrazgo D. Pedro Yáñez, Realizó batallas en la pro~dncia de La Serena y tomó la villa y castillo de Medellín, con otras fortalezas y aldeas de su comarca. Llevó las rentas de Medellin por merced del rey Fernando III, aunque sin tener la propiedad. Sucedieron en la tenencia de ella otros maestres de la Orden. Finalmente. Fernando IV tuvo un pleito para quedarse con la plaza. A los de Alcántara les dio a cambio algunas aldeas, mas Eljas con su castillo y Villanueva de la Serena. Por la ayuda prestada en la conquista de Córdoba recibieron una iglesia y las casas de Séneca, Más tarde tomaron Benquerencia, Zafra. Hornachuelos, Zalamea, Castilnovo, etc. Por la conquista de Murcia recibieron un pueblo al que el Maestre puso el nombre de Alcantarilla.
Con Fernando III «el Santo» asaltaron Sevilla, por la que recibieron unas casas principales en la ciudad y dos aldeas.
En 1254 se hace con la Mesa Maestral D. Carel Fernández Barrantes. que seria privado del re~ Alfonso X el Sabio. Consiguió Arcos, Lebrija, Niebla y todo el Algarve.
Muchos han sido los hechos de armas y las gestas de la Orden de Alcántara, que la hicieron estar durante toda la Baja Edad Media en primera línea de la política nacional. Por esta causa la villa se verá en ocasiones asediada, Otras veces, las mismas disensiones dentro de la Orden provocaban ese mal endémico y que debía traducirse en la constante vigilancia de las murallas.
Por último, cl protagonismo de primera inca les lleva también a tomar partido en las luchas dinásticas tan frecuentes en la España Medieval, D. Pedro l «el Cruel> estuvo en Alcántara después de la batalla de Nájera y de aquí marchó con sus seguidores a combatir a su hermanastro Enrique de Trastámara.
Tras la conflictiva subida al trono de los Reves Católicos, la reina Isabel de Castilla se entrevistó aqui con su tía la infanta Dft Beatriz de Portugal desde el día 20 de marzo al 23 de abril de 1479, para concertar la paz entre los dos reinos.
El rey católico, con la aprobación pontificia, siguiendo una de las normas de su reinado, la de sometimiento de la nobleza, fue constituyéndose en administrador de las diversas órdenes. Por ello, D. Juan de Zúñiga, 37 y último Maestre de la Orden, manifestó al Papa Alejandro VI que estaba dispuesto a renunciar al Maestrazgo en los reyes. D. Juan se retiró al palacio que se hizo construir en Villanueva de la Serena, convertido en iglesia conventual de a Orden. Vivió allí varios años acompañado de sus religiosos y de varios personajes de la época, célebres en el campo de las letras y las artes: el bachiller Trejo, jurista y Caballero de Alcántara; el teólogo dominico Fray Domingo; el médico judío Doctor Parra; el gramático Marcelo de Nebrija y el músico Solórzano. que fue su maestro de Capilla, El retiro del joven maestre fue un foco de humanismo en la Extremadura del Renacimiento.

A partir del XVI, Alcántara no puede pretender desempeñar un papel político a escala nacional. El rey necesita menos dc su apoyo que durante la Reconquista; tiene un conjunto territorial menos dividido y un aparejo administrativo pesado pero eficaz. La integración dc la Orden a la Corona quita protagonismo político a la villa.
Se producirá un debilitamiento económico y cultural provocado por el desplazamiento del eje de comunicaciones, con la supremacía del que va norte-sur hacia Sevilla y el abandono del eje este-oeste del Tajo. Si además pensamos en la frontera portuguesa, nos daremos cuenta que la comarca queda marginada dentro de la periferia que empieza a constituir Extremadura.
El mapa jurisdiccional extremeño seguirá mostrando dos importantes circunscripciones de maestrazgo vinculados a la Orden de Alcántara y a la de Santiago, como territorios compactos al norte y sur de la región. En su mayoría, estos territorios conservaron su carácter jurisdiccional hasta finales del Antiguo Régimen, pues en 1791, con motivo de la visita e interrogatorio ordenados por la Real Audiencia, los informantes todavía siguen señalando la dependencia y adscripción jurisdiccional a las órdenes de Alcántara y Santiago. La pervivencia, un anacronismo aceptado y propulsado, perpetúa una señorialización progresiva que desposee al teórico propietario administrador, el rey, y beneficia a señores concretos, En efecto, las perentorias necesidades de dinero que padece la monarquía, que busca emplear en los compromisos bélicos exteriores, obligaron a pignorar numerosas encomiendas, con sus rentas y jurisdicciones, incrementándose asi el senorio nobiliar en detrimento de las propias rentas reales y de las correspondientes Mesas Maestrales. Por otra parte, las mercedes más solicitadas por caballeros, hidalgos, secretarios y cortesanos para sus deudos y familiares, como remuneración por los servicios prestados a la Corona, fueron los hábitos y encomiendas de las órdenes, que les permitían gozar de unas rentas sin la posesión de un mayorazgo. Asi, hasta el siglo XVIII todas las tierras dependientes de Alcántara modifican continuamente su estructura dividiéndose en encomiendas privatizadas. En total, doce, de las que tres se vinculan habitualmente a la familia real (la Clavería, la Magdalena y Ceclavin>, aunque en ocasiones también se conectan a ella Las Brozas, Piedras-buenas y Herrera. De estas encomiendas, por lo menos siete se integran en la propiedad de personajes de la alta nobleza. Un número restringido de familias vive bien, nobles en su mayor parte, detentando a la vez el poder económico y municipal. Lo esencial de las tierras cultivables les pertenece y acaparan las riquezas nacidas del comercio del ganado y de la lana. trabando gravemente el desarrollo de la agricultura y de la pequeña propiedad financiera. En esta situación, la mayoría de la población, necesariamente, vive mal.
Existe una capa intermedia reducida a algunos artesanos y labradores a los que se podria unir algunos oficios como el de farmacéutico o el de tendero de paños; pero éstos no consiguen conquistar el poder político.
Se forma ahora una historia de enfrentamientos entre el Consejo de Ordenes y la Comunidad de Alcántara, entre ésta y los poderes senoriales, entre la Comunidad y el Obispo de Coria, y entre Alcántara y sus comunidades dependientes.
La situación en la frontera con Portugal y cl emplazamiento estratégico del Convento de San Benito fueron la causa de que repercutieran las sucesivas luchas que sostuvieron portugueses y españoles a lo largo del siglo XVII y que terminaron, en 1655, con la separacion definitiva de Portugal y España. La pérdida de parte de las rentas conventuales y el descenso de otras fueron consecuencias de la guerra.
A todas estas calamidades se unía la poca protección militar de que gozaba la comarca. El enemigo se aprovechaba de esta circunstancia invadiendo por el más mínimo motivo los campos y entregándose al pillaje sin encontrar resistencia.
También repercutió la Guerra de Sucesión en 1703. El rey de Portugal recibió en esta villa una embajada de Luis XIV, rey de Francia. que le manifestó los deseos de paz y armonía; pero poco después, en ese mismo año, Pedro II de Portugal, contando con el apoyo de Inglaterra. decidió entrar en la Gran Alianza. Esta nueva adhesión significó una gran ventaja para los aliados, que disponían de un amplio radio de acción para atacar a España. Ante la decisión portuguesa, el 26 de julio de 1703 entró en Alcántara Felipe V, declarando. desde aquí, la guerra a Portugal.

domingo, 6 de abril de 2008

Casar de Cáceres

Los orígenes de Casar de Cáceres son aún hoy desconocidos. Lo que sí sabemos es que la zona que hoy ocupa estuvo poblada desde épocas muy antiguas como lo atestiguan los restos de poblaciones indígenas en sus proximidades.

Se conservan restos de culturas indígenas: castro de la Edad de Bronce y stela funeraria prerromana, tumbas antropomorfas, piedras talladas y restos de antiguas construcciones que ponen en evidencia el paso de la historia, sin olvidar los restos de la calzada y los miliarios.Casar de Cáceres, como muchos de los municipios de la geografía española, ha sido testigo de numerosas culturas. Pero quizá la primera cultura que marcó el devenir de la población casareña fue la romana, pues la conocida calzada (iter ab Emerita Asturicam) atraviesa la población; este mismo camino sería Cañada Real Soriano-Occidental, Camino Real de Santiago después y actualmente Calle Larga eje que vertebra el plano urbanístico de la población. La población despide a los numerosos peregrinos con la ermita del Apóstol y a pocos metros de ella comenzamos a ver los restos de la Calzada que aparecerá más o menos visible y conservada hasta el límite municipal con dirección a Plasencia.


El otro momento histórico importante para el Casar nos lleva al Siglo XIII (año 1291) cuando el rey Sancho IV concede a la población de Casar de Cáceres un Privilegio Rodado por el cual concede unas tierras en propiedad para uso de los lugareños y según este privilegio nadie pudiera adehesar en media legua de terreno alrededor de la población; con esto los habitantes de este importante núcleo disponen de tierras para trabajar por privilegio real que fue ratificado por los sucesores reales. El documento original está en paradero desconocido, pero se conserva en el Archivo Municipal una ratificación original de Carlos IV.


La población (alrededor de 4.800 habitantes) tiene su principal ocupación en la industria y la construcción siendo éstos los sectores más dinámicos después del sector servicio que representa casi un 50% de la actividad desarrollada en el municipio. El sector primario tiene cada vez menos peso en la población.Actualmente es un municipio dinámico y con proyección de futuro que mantiene vivas sus tradiciones con importantes recursos turísticos por descubrir.La arquitectura popular se ve reflejada en las sencillas fachadas encaladas con las enmarcaciones de granitos en puertas y ventanas.

sábado, 5 de abril de 2008

Navalmoral de la Mata

Ortocentro del Campo Arañuelo y del resto de las comarcas que la rodean, ha desempeñado un destacado papel desde la más lejana Prehistoria.

Aunque es más conocida su etapa media, especialmente cuando surge como municipio tras la Reconquista y Repoblación medieval. Y así, a finales del siglo XIV o en el alborear del XV, cuando surge Navalmoral y las otras alquerías de la comarca (en nuestro caso, en torno a la popular "Plaza Vieja"), de nuevo se relanzan las comunicaciones por este lugar: la Cañada Real y el Camino Real de Extremadura (tras la construcción del Puente de Albalat-Almaraz, en 1536). A la vez que se populariza la leyenda de la supuesta "Venta del Moral", que acogía a los que por aquí transitaban. Esa ubicación posibilita su expansión, y la construcción de la iglesia de San Andrés y la ermita de Las Angustias.

Después erigen el "Rollo" o "Picota", en 1637, como símbolo o insignia de la justicia municipal (y de haber conseguido su libertad, o exención), pues se convierte en Villa.

Los Austrias dejan paso a los Borbones (tras la cruenta Guerra de Sucesión, que nos afectó negativamente) quienes, según la tendencia que les caracterizó, dan un gran impulso a las comunicaciones (caso del mencionado Camino Real), potenciando de nuevo los mesones moralos y favoreciendo el desarrollo económico, demográfico y urbano de la localidad. Época en que se edifica la Casa de los Frailes (o del Espadañal, o de Comillas…), la Fuente de los Caños Viejos y otras de más difícil catalogación (La Bamba, La Serradilla y algunas más); y también los típicos barrios del Cerro y del Perchel (primitivo "San Miguel"), o el primer Ayuntamiento.

Así alcanzamos el siglo XIX cuando, además de guerras (la de Independencia o las escaramuzas de los facciosos carlistas) y otras calamidades (como las frecuentes epidemias), y de ser elegido este municipio cabeza de su Partido Judicial (en 1834, lo que facilitará su despegue en el futuro), se favorecen otra vez las vías y medios de transporte: en 1845 reconstruyen el Puente de Almaraz y en 1854 se inaugura la Carretera de Extremadura sobre el anterior Camino Real y antigua Calzada Romana. Ya a finales llega el ferrocarril, cuya línea hasta Portugal se abre en 1881 (contando Navalmoral con la mejor Estación de esta vía en muchos kilómetros).

Como es evidente en tales circunstancias, la economía y la demografía de la localidad reciben un incremento positivo. Pero también sufrió repercusiones negativas, caso de las consecuencias que se derivan del proceso desamortizador, en el que el municipio perdió la mayor parte de sus bienes de propio y comunes: lo que daría origen a un agudo latifundismo y a posteriores movimientos sociales y políticos. A ese período corresponden también otros edificios dignos de citar: el antiguo Hospital Moyano (que en 1925 se reconvierte en Hospital Antipalúdico, siendo clave para erradicar ese mal endémico), la Fundación Concha (Escuelas y Biblioteca, que fueron posibles gracias al legado de don Antonio Concha) y la actual Casa Consistorial.Entramos en el XX, completando y mejorando las comunicaciones, a la vez que se crean los famosos Mercados de ganado quincenales; así como las Ferias de San Miguel, San Andrés y de Abril. En 1930 crean el Centro de Fermentación de Tabacos, la obra que unió a todos los moralos en una época tan difícil y que, además, dio un gran impulso económico a Navalmoral y comarca.

Tras superar la conflictividad del período republicano, la dolorosa Guerra Civil y las penurias de los "años del hambre", aquel pueblo grande gradualmente se irá convirtiendo en ciudad sobre una base agraria, comercial, artesanal y comarcal. Mejoran los servicios (como el Ambulatorio) y el urbanismo (incluyendo al Jardincillo y el Parque Municipal), y llega el agua corriente a Navalmoral.También comienza el Plan de Riegos de Rosarito y, mientras se realizan esas obras, se inician las del embalse de Valdecañas y después las de Torrejón, lo que ayudaría a frenar y retrasar el fenómeno emigratorio de los años 60. Surgen los primeros Institutos de Bachillerato y Formación Profesional, la Escuela de Capacitación Agraria, el Hogar del Pensionista, la potenciación del Carnaval y un largo etcétera.

Cuando parece que la situación se estancaba, en 1972 comienzan la obras de la Central Nuclear de Almaraz, que supuso un factor muy importante para el desarrollo demográfico y económico local y de su entorno.

Llegan los años de la transición y el desarrollo es ya notable: urbanístico, incremento del comercio e industria (Polígono Industrial), primera variante de la carretera, instalaciones deportivas (Pabellón y Campo de Fútbol), sanitarias (Hospital), educativas (nuevos Colegios), mejoras en el abastecimiento de agua, viviendas sociales, etc. Con la Democracia se culmina el despegue definitivo de Navalmoral, a la vez que se afianza como cabecera comarcal asumiendo perfectamente su papel, desarrollándose y ayudando al progreso comarcal (del que se beneficia en gran parte).

Coria

Coria es una ciudad bimilenaria: el primer indicio de asentamiento que se conoce de esta ciudad es Caura, la entonces capital vettona.
Tras la conquista romana de España, Caura pasa a llamarse Caurium y es un núcleo muy importante dentro de la provincia de Lusitania, que ocupaba la actual Extremadura y el sur de Portugal; y, de hecho, Coria posee en la actualidad una de las murallas romanas mejores conservadas de Europa.
Se cree que en el año 338 d. C. el Papa San Silvestre I funda la diócesis de Coria, pero no queda demostrado hasta que la firma del obispo Jaquintus aparece implícita en las actas del III Concilio de Toledo en el año 589, ya en época de los Visigodos.
A partir del año 758 pasa Coria a formar parte de territorio musulmán con el nombre de Medina Cauria y, pese a los intentos de reconquista de los cristianos, Coria estará bajo dominio musulmán (su nombre en esta época es Qurija) hasta 1142, con la conquista del rey Alfonso VII.
A finales del siglo XIV, se comienza a construir la Catedral, que tardará en finalizarse tres siglos, mezclando así varios estilos artísticos.
En el S. XV, Enrique IV la hizo cabecera de condado, concediéndola a Don Gutiérrez de Cáceres y Solís, quien en unión de su hermano Don Gómez, la empeñó por cierta cantidad de dinero al Duque de Alba, quien en 1470 se la apropia con el título de marquesado. En esta época se añaden las puertas de San Francisco y la Nueva y se construye el Castillo.
En la actualidad, Coria ha perdido la "grandeza" de siglos anteriores, pero, pese a eso, es la cuarta ciudad en orden de importancia a nivel provincial y su patrimonio histórico es importante.

jueves, 3 de abril de 2008

Trujillo

Importante asentamiento de época prehistórica y prerromana, fueron los romanos quienes acabaron por asentar en su ubicación actual la ciudad, beneficiándose de su estratégica situación. El núcleo más antiguo es la parte más alta de la localidad, donde se han encontrado restos neolíticos y prerromanos: es la zona entonces llamada Turgalium. Posteriormente, la llegada de los romanos hizo que se creara el asentamiento por ellos llamado Castra Iulae. La etapa visigoda de esta localidad apenas deja noticias, siendo a partir de la llegada de los musulmanes cuando la localidad conoce una etapa de esplendor. Es entonces cuando la actual Trujillo, llamada por los árabes Torgiela, conoce un gran desarrollo demográfico y urbanístico, beneficiada por su importante papel comercial y militar. La ciudad árabe se expandía en torno a la alcazaba, que gobernaba la población desde un altozano. Las viviendas y demás edificios se situaban a su alrededor, entre los que había mezquitas y baños. Parece ser que Trujillo debió ser una importante población de la época, pues al-Idrisi señala que una ciudad "grande y parece una fortaleza". El castillo o alcazaba, edificado en época califal (siglos X y XI), se asienta en el llamado "Cabezo de zorro". De la muralla árabe, construida con sillares romanos reutilizados y mampostería, se mantienen en pie 17 torres rectangulares y cuadradas, rematadas con almenas y formas piramidales. Cuenta Trujillo también con un aljibe árabe del siglo X, estructurado en tres naves y seis arcos sobre pilastras, con una profundidad de diez metros. La Torgiela árabe, de la que al-Idrisi dijera "es grande y parece una fortaleza", aparece tras ser conquistada por los cristianos como una ciudad importante, especialmente a partir de la época bajomedieval. Ya desde el siglo XIII llegan a ella nuevos pobladores que, con el paso del tiempo, constituirán linajes que tendrán mucho que ver en la historia de la población y aun universal. Se trata de los Altamirano, Bejarano, Chaves, Orellana o Pizarro, que hacen de Trujillo una villa señorial en constante crecimiento. Tan es así, que en 1430 el rey Juan II le otorga el título de ciudad. La expansión castellana por el Nuevo Mundo tiene como protagonistas a varios personajes nacidos en Trujillo. El más conocido de todos es Francisco Pizarro, conquistador del reino de los Incas, al que acompañan otros nombres como Alonso de Monroy -conquistador de Chile-, Francisco de Orellana -explorador del Amazonas-, Hernando de Alarcón -que exploró las costas de California-, etc. También de Trujillo fue Diego García de Paredes, capitán que lucho en las guerras de Granada y contra los turcos, además de ser oficial de Alejandro VI. Desde la Baja Edad Media y a lo largo de la Edad Moderna Trujillo se irá embelleciendo con nuevas construcciones, que otorgan a la ciudad un aire señorial y de hidalguía. Muchos de sus habitantes, que marchan a hacer fortuna a América, regresan más tarde para construirse su propia casa señorial, de las que Trujillo ofrece variado muestrario. Como ejemplos quedan el Palacio de los Marqueses de la Conquista, del siglo XVI, o el de Juan Pizarro de Orellana. Otras casas o palacios son el de los Duques de San Carlos, del siglo XVIII, el del Marquesado de Piedras Albas, la Casa del Peso Real o de los Cháves Cárdenas, el Palacio de Santa Marta o la Casa de las Cadena. Anterior a todos estos son los Alcázares de los Bejaranos, del siglo XIII, y de los Altamiranos, del mismo siglo, la Casa Fuerte de los Escobar, siglos XV y XVI, o el Alcázar de los Chaves, de finales del siglo XV. Para los que no buscan la fortuna en América, la actividad ganadera ofrece una buena fuente de ingresos, lo que hace de Trujillo centro de un importante tráfico económico. Esta actividad tiene su lugar principal de desarrollo en la Plaza Mayor, del siglo XVI, renacentista. Del patrimonio religioso hay que destacar la Iglesia de San Martín, del siglo XIV y ampliada en el XVI, por la que pasaron personajes como Carlos V, Felipe II o Felipe V; o la Iglesia de Santa María la Mayor, construida en el siglo XIII sobre una anterior mezquita árabe; o, por último, la Iglesia de Santiago, del siglo XIII y reformada en las centurias siguientes.

miércoles, 2 de abril de 2008

Plasencia

La ciudad de Plasencia, se encuentra situada al norte de la provincia de Cáceres, dentro de la Ruta de Plata y a orillas del río Jerte. «Muy Noble, Leal y Benéfica ciudad de Plasencia fue fundada por el rey castellano Alfonso VIII en 1.186. «UT PLACEAT DEO ET HOMINIBUS», (Para que agrade a Dios y a los hombres) es la divisa que orla el escudo de la ciudad. Concebidadesde sus orígenes como fortaleza, denota en todo su casco antiguo un muy pronunciado carácter militar.
Su estructura como todas las ciudades de la edad media es de tipo radial. En las que sus calles eran de tipo gremial, reuniéndose cada grupo de mercaderes o de oficios en una misma calle, tales como: La calle Zapatería, Calle de los Quesos..., y todas girando a su núcleo central la Plaza Mayor. Su recinto amurallado; construido allá por el año 1198, constaba de 70 torres y 8 puertas y en él trabajaron durante once meses unos 9.000 hombres. Transcurrido ese tiempo, castillo, torres y muros quedaron configurados.
La ciudad fue de realengo hasta 1442, fecha en la que pasó a manos de Pedro de Zúñiga por concesión del Rey Juan II, con el título de condado hasta 1488 que pasaría a Los Reyes Católicos. Desde finales del siglo XV, Plasencia acogería a lo más nombrado de la nobleza extremeña, lo que propició que duques, condes y marqueses residieran en la ciudad dejando, afortunadamente un gran legado histórico-artístico del que gran parte aún se conserva.


Sierra de Fuentes

De Sierra de Fuentes, como tal, se tiene noticias desde comienzo del siglo XIV.

Perteneció a la Tierra de Cáceres.
Esta sierra, a quien debe su nombre el municipio además de a las numerosas fuentes que existen, dio cobijo a los pobladores de la edad del bronce, quienes ya la utilizaron como zona de vigilancia.
Los primeros núcleos se debieron formar a raíz del reparto de tierras hechas por los quadrellarios (cuerpo auxiliar del ejército encargados del reparto del botín), entre los soldados que participaron en la conquista de la Villa. Una parte de las tierras se las reservó el Concejo, que es el que fomentaba la repoblación.
En esta primera etapa se fomenta el establecimiento de todos los que desearan hacerlo, cualquiera que fuera su condición, ya fuera cristiano, judío o moro, ya fuera libre o siervo.
En una segunda etapa, los núcleos de poblamiento se organizaban en sexmos.
Basándose en el análisis del código foral, los pobladores recibían unas propiedades elementales: casa y tierra de cereal, así como zona comunal de pastos.


Ciudad de Cáceres, leyenda "La Princesa encantada del Palacio de las Veletas"

Cáceres era una gran fortaleza árabe. Los árabes habían hecho su plaza fuerte, llamándola, precisamente por eso Cazires. Muchos fueron los intentos de reconquista, pero todos fueron inútiles hasta el reinado de Alfonso IX. Aún para este monarca la empresa se convertía casi en imposible. Hubiera sucedido lo mismo que en otros intentos a no mediar la ayuda de una dama cuyo nombre se ha perdido para siempre. Para todos era, sencillamente, la Princesa.
Gobernaba la villa un Kaid soberbio y arrogante, que apoyada su poderío en las singulares defensas que le rodeaban. Estaba la villa formada por diversos alcázares y mansiones de caudillos o caciques agarenos. Se comunicaban entre sí por galerías subterráneas. Varias de ellas tenían salidas ocultas fuera de las murallas. Entre ellos había una famosa galería llamada Mansaborá, la cual avanzaba tortuosa, soterrada, obstruida y va a dar , después de describir un ángulo recto a la ronda de las huertas. No son pocos los que por esa zona han sentido el espíritu de la mora por encima de las murallas, convertida en gallina con polluelos de oro. ¿Qué había hecho esta mujer para ser castigada de aquella manera?. Nada, simplemente ser bella, ser mujer y ser enamorada.
Alfonso IX de León se había empeñado en extender la Reconquista a las tierras que se decía de nadie. Había que borrar el recuerdo del primer fracaso. Para conseguirlo llamó a sus mejores capitanes. Quería convencer al Kaid de los Alcázares de que el empeño era definitivo. Destacó una embajada que pidió ser recibida por el señor Alkaide de la fortaleza. La presidía un notable, aguerrido y apuesto capitán. Cuando llegó al palacio pudo contemplar a la bella agarena, la hija única, y por eso más querida del Kaid. Fue bastante un encuentro, sin mediar palabras, para que el capitán, ante el fracaso de la rendición del padre, se compensara con el enamoramiento de la hija. Cuando cruzaba la sala y se despedía, una dama obsequió al capitán leonés con un pañuelo, recuerdo de su visita. En aquellos tiempos era una contraseña bastante socorrida. Cuál no sería su sorpresa, cuando al llegar a su tienda encontró dentro del pañuelo una misiva que decía: "Acude todas las noches a la calleja de Mansa Alborada, y una dama te acompañará hasta mi presencia". El capitán pensó siempre en una trampa, pero el corazón le hablaba de un amor que podía ser el comienzo de un sueño de ventura. Y fue. Cuando menos lo esperaba, entre la maleza, una gentil aya moruna le invitó al aposento de su señora. Qué sorpresa, después de recorrer la galería pudo contemplar la belleza singular de la mujer que le había cautivado. Los encuentros se repitieron, y el mancebo cristiano subía todas las noches a satisfacer la sed de amor de la agarena.
Pasaban los días y el cerco seguía en el mismo estado. El enamorado doncel, valiéndose del ascendiente que había logrado sobre el corazón de su enamorada princesa, obtuvo las llaves de la entrada a la galería. Había jurado insistentemente que sólo las utilizaría para sus visitas de amante. Y así fue en sus propósitos iniciales. Pero en aquellos momentos de asedio inútil pesaban demasiado sus responsabilidades de capitán y caballero. Pensó incluso que si lograban tomar la ciudad y él se significaba por su especial aportación le sería más fácil atraerse la recompensa de su Rey, y con ella sacralizar los amores, que por ocultos, tanto le venían agobiando.
El animoso capitán logró que se aprobara su plan: las mesnadas alfonsinas simularían un ataque a las murallas por los lados opuestos de la población. Él seguido de un grupo de peones, se presentaría en los salones del alcázar, sembrando el terror y el desconcierto. Las cosas resultaron demasiado fáciles. El Kaid descubrió la causa de su derrota. Indignado por la responsabilidad de su hija fulminó contra ella y sus valedores un anatema más tremendo que la muerte misma: La lanzó con su aya y con sus damas al subterráneo que iba a dar a la calleja de Mansa Alborada, donde en castigo de su traición permanecerían hasta que los hijos del Profeta volviesen a reconquistar la plaza perdida por su culpa. Para que nadie pueda rescatarlas, la entrada y salida de la galería desaparecieron a la vista de los simples mortales.
Y allí permanece la encantada y a la vez maldita princesa enamorada, acompañada de su aya fiel y sus doncellas jóvenes, por el conjuro poderoso del Kaid, convertidas sus quejas en piar de gallinas y polluelas, no tienen otro rato de expansión que el que a casi todos los seres encantados depara la noche de San Juan: Salen entonces a dar una vuelta por los contornos y lanzan hondos suspiros, plañideros píos, esperando el día de su desencanto.

Cáceres capital

Cáceres es un crisol de culturas y razas desde la antigüedad. Las primeras muestras del ser humano en estas tierras son de época prerromana y, como ejemplo de ello la Cueva de Maltravieso. Este asentamiento contiene en su interior las muestras pictóricas más antiguas de la provincia, con una edad que rondan los 30.000 años. Esto ya demuestra una ocupación humana en época del Peleolítico Superior.
En un supuesto castro celtibérico, situado en el Barrio Monumental, algunos autores sitúan a Castra Servilia, sobre la cual se fundaría Norba Cesarina por Lucio Corenlio Balbo, hacia el año 24 a. C. Años antes, en el lugar conocido como Cáceres "el Viejo" , a escasos kilómetros de la ciudad fue fundado por Cecilio Vatelio, hacia el año 78 a. C. el campamento Castra Caecilia.
La ocupación visigoda de estas tierras y las luchas familiares entre Leovigildo y su hijo Hermenegildo, traerían consigo el declive de Norba como colonia romana , que después , con la invasión de los árabes, recobraría cierta importancia estratégica.
El s. XII traerá la liberación temporal de Cáceres de los árabes, gracias a las hazañas de Geraldo Semparor en 1166. Perdida nuevamente ésta, será conquistada de nuevo por Fernando II de León en 1169.
Es durante la dominación almorávide cuando Cáceres será conocida con el nombre de Hizn Qazris y posteriormente, con los almohades en el s. XII, se reconstruirá el recinto amurallado de la villa, reutilizando para ello anteriores restos de la muralla romana.
Este rey leonés dejaría la villa en poder de los llamados Fratres de Cáceres, que perderían la ciudad a manos de las tropas almohades, bajo cuyo dominio estaría hasta 1229, año en que la conquista definitivamente Alfonso IX de León. De esta conquista hay una singular leyenda "La Princesa encantada del Palacio de las Veletas".


Es a finales del S. XIII cuando esta villa de realengo se verá ocupada por familias aristocráticas que provienen del norte peninsular y que construirán palacios y casas señoriales que son la base fundamental del barrio monumental del Cáceres actual.
El apoyo o no a la causa de los Reyes Católicos, en su lucha por la Corona de Castilla, supondría el desmochamiento de las torres de la mayoría de los palacios de la ciudad, cuyos dueños fueron contrarios a la causa de Isabel de Castilla.
Diversas minorías dejaron también su huella en la ciudad. Ejemplo de esto es el Barrio Judío intramuros, también llamado "Judería Vieja". Los mudéjares dejaron muestra de su paso como la "Casa Mudéjar" en el siglo XIV.
Será en el s. XVI el momento más importante para el desarrollo cultural y artístico de Cáceres y cuando la ciudad completa casi definitivamente su conjunto monumental. De esta época datan la mayoría de los palacios y casas señoriales de Cáceres monumental, con rasgos típicos de edificios de marcado carácter defensivo bajo la influencia del estilo renacentista.
El s. XX traerá la capitalidad de la Alta Extremadura para Cáceres y, con el tiempo, la capitalidad de la Provincia, siendo actualmente la segunda ciudad más poblada de Extremadura, e importante centro universitario extremeño.

martes, 1 de abril de 2008

La provincia de Cáceres, historia a Historia

Antes que nada, discúlpame la osadía de publicar un blog con las pretensiones de éste, pero es que no encontré nada parecido en internet. ¿Cuál es la idea? Recopilar la Historia de cada pueblo de la provincia de Cáceres, y ponerlas aquí, una tras otra, para que a ti te resulte más fácil encontrar la que buscas, o entretenerte un rato al menos. No soy historiador, ni tengo capacidad o tiempo para recopilar yo mismo las historias, así que haré algo más prosaico y más acorde a esta época: fusilar los artículos de otros, más versados y más trabajadores que yo. En cualquier caso, y por aquello del copyright, si ves en este blog material protegido por derechos de autor, házmelo saber cuanto antes para que lo retire, pues no es mi intención sacar provecho en beneficio propio del esfuerzo de los demás. En cuanto al resto, aquí lo irás teniendo: que lo disfrutes.

P.D.: De la misma forma, y ya que reconozco mi pereza, te agradeceré si me mandas la historia de tu pueblo: trabajo que me ahorras. Si ya la acompañas de alguna foto interesante, propondré que te hagan un monumento.

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